Hace once días que Pilar Rubio dio a luz a Máximo Adriano, su cuarto hijo en común con Sergio Ramos. Durante todo su embarazo la presentadora ha compartido con sus seguidores sus cuidados y cómo se preparaba para el momento de dar a luz. Ahora, después de los primeros días junto a su bebé, se mostró igual de natural y compartió en su perfil de Instagram cómo fue el parto, cómo está siendo el posparto y además… ¡Ha enseñado cómo está actualmente su barriga! La colaboradora de El Hormiguero no ha tenido ningún problema en levantarse la camiseta y ponerse tanto de frente como de perfil para mostrar que todavía no está completamente recuperada. Además aseguró que se va a tomar la cuarentena con calma.
Pilar Rubio muestra cómo quedó su barriga una semana después de dar a luz
La presentadora Pilar Rubio, además de enseñar cómo está su cuerpo, contó cómo fue el parto de su cuarto hijo y cómo está llevando el posparto.
Pilar Rubio aseguró en Instagram que en estos once días "ha bajado bastante el volumen de mi tripa, aunque todavía queda este bultito que espero que poco a poco se vaya quitando”. Además ha reconocido que "también tengo que recuperar la cintura". Eso sí, para ella el hecho de que todavía tenga algo de barriga no supone ningún problema. En lo que sí ha querido hacer hincapié es en que para una buena recuperación, “cuidarse durante el embarazo es bueno para el bebé y es bueno para la mamá”.
Otra de las cuestiones que ha reconocido Pilar Rubio en Instagram es que su cuerpo “es una fiesta de hormonas". Y para explicarlo contó cómo están siendo estos días. Unos días en los que ha habido algo con lo que lo ha pasado fatal. "Un bebé te cambia la vida a mejor pero requiere en los primeros meses dedicación absoluta. Yo le doy el pecho. Para mí hay una cosa mucho más dolorosa que las contracciones, los entuertos. Son como una especie de contracciones que se producen en el útero que hacen que el útero vuelva a su forma original”, ha explicado para desvelar qué es lo que peor lleva del posparto. Ha asegurado que “cuando más las noto es en el momento en el que el bebé empieza a mamar. Me suele durar unas 48 horas pero se me pone la piel de gallina de pensarlo y en el momento esas 48 horas cada vez que mamaba se me saltaban las lágrimas de dolor”.
Sobre el parto relató que el día antes de dar a luz "ya llevaba una dilatación de unos tres centímetros". Así que el domingo cuando se despertó, “me levanté, me duché, me arreglé y nos fuimos para el hospital. Llegué bastante baja de energía porque llevaba muchas semanas sin dormir bien por las molestias del embarazo y por la preocupación”. Pero una vez que llegó al hospital todo fue viento en popa. "Llegamos, empecé el proceso de dilatación, las contracciones no son nada agradables pero fueron bastante llevaderas. Cuando ya estaba bastante avanzada y no podía aguantar más el dolor pedí la epidural y a partir de ahí todo de maravilla. Pasamos al paritario y duró pocos minutos y no tuvieron que cortarme ni nada. El bebé salió perfecto y tanto el papá como yo pudimos disfrutar del momento", ha dicho de lo más emocionada.