Hace unos días dimos la bienvenida al mundo al cuarto hijo de Sergio Ramos y Pilar Rubio. El pasado 26 de julio nació Máximo Adriano. Lo supimos de primera mano. Los propios padres publicaron en su cuenta de Instagram la primera foto que se tomaron con el pequeño.
La verdadera cara de Pilar Rubio después de dar a luz
En una imagen posteada a minutos de haber dado a luz a su cuarto hijo, Pilar Rubio lucía un aspecto perfecto y radiante, como si nada hubiera pasado.
Una instantánea que fue duramente criticada en las redes sociales. El motivo era que Pilar Rubio lucía un aspecto perfecto y radiante, como si nada hubiera pasado. Se la veía perfectamente peinada y maquillada, “a punto para ir de boda”, escribía isabelmartnz83.
Pero el tema no ha quedado en el olvido. La cosa ha ido más allá. Y ahora ha sido Nerea Bergara en el diario Elcorreo.com la que ha puesto fina a Pilar Rubio.
"Una vez ha sido el parto te encuentras agotada, sin ganas de que nadie te vea, porque estás con unas pintas que describen perfectamente por lo que se acaba de pasar. Casi no tienes ni ganas de peinarte, bueno, más bien no piensas en tu pelo. Menos aún te acuerdas de coger el móvil. Tienes otras prioridades", escribe la periodista, en referencia a la foto de Pilar Rubio.
Además, también cuestiona la importancia que le da la WAG al recuperar el físico y que no debería serlo tanto. “No es tan importante como en las redes sociales se plasma.
"Estoy pensando en la última publicación de Pilar Rubio, en la que en un vídeo muestra cómo su tripa hinchada tras 11 días del parto "ya casi ha desaparecido", dice orgullosa", opina. “La salud es lo que importa, la salud física y la salud mental. […] Esta obsesión por el culto al cuerpo provoca un aluvión de complejos, sobre todo, si no contamos con el tiempo ni los recursos para contratar entrenadores personales, estilistas y maquilladoras", subraya, advirtiendo del mal ejemplo que está dando la de Torrejón de Ardoz.
Y concluye apuntando que "en la maternidad hay ojeras, acné, unos kilos de más, arrugas, pliegues y malas caras", que es lo que debería tener Pilar Rubio en el rostro. "No son marcas, ni complejos, sino señales de haber creado vida", zanja Nerea.